Triángulo Dramático en las relaciones

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Es un modelo psicológico utilizado en el mundo de la clínica (adicciones, violencia de género, problemas familiares, síntomas psicológicos que parecen tener su origen en la familia…). Se llama también Triángulo de Karpman y yo lo conocí a través de la colaboración en una ONG que sigo realizando, a día de hoy, donde se ven numerosos problemas familiares y ambientes desestructurados.

El triángulo se resume en lo siguiente:

Perseguidor                                      Salvador

Víctima

Estos son tres papeles que se pueden aprender en el seno de la familia o en el colegio y se ejercitan de modo no consciente y repetitivo.

El salvador va por la vida prestando ayuda y mantiene la dependencia de otros hacia él. Su percepción es que otros le necesitan y necesita una víctima para poder resolver sus problemas. El Salvador actúa bajo el influjo de la culpa y por la necesidad de sentirse superior. Lo que consigue haciéndose cargo de los problemas de los demás es evitar sentir su propio sufrimiento: ojos que no ven, corazón que no siente. Un ejemplo de salvador es aquella mujer de un alcohólico que no llega a comprender todos los sacrificios que ella hace, lo generosa que es y la buena voluntad de soportar los abusos del alcohólico. Un profesional de la salud también puede extralimitarse en sus funciones, adquiriendo también ese rol de salvador.

El caso de la víctim, ésta no hace bien las cosas o es autodestructiva, envía mensajes verbales y no verbales quejándose, da una imagen de indefensión y puede provocar sufrimiento a los demás. La Víctima siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento básico es de resentimiento contra la vida que le hace sufrir y contra los Salvadores que siguen incapacitándola con su ayuda. La víctima no es consciente de que la persona adulta tiene capacidad de decisión y es responsable de cambiar su situación.

Por último, el perseguidor se comporta de forma agresiva, desea satisfacer sus necesidades y actúa según su propio interés, haciendo sufrir a otros. Suele cebarse con el rol de víctima. Pueden ser activos (quieren satisfacer sus necesidades pero pasando por encima de otros), vengativos (desean castigar a los otros y tener la sensación de que han vencido) y pasivos (no cumplen con sus obligaciones poniendo a los demás en serios apuros).

Las personas intentan cambiar de papel periódicamente para poder sentirse mejor pero si no salen de este triángulo patológico y sólo cambian de papeles, el problema se autoperpetúa.

Un ejemplo de rol permanente y patológico sería el siguiente: en el campo de las drogodependencias, estos papeles son siempre representados por las familias, por ejemplo el caso típico de un padre que hace de Perseguidor, la madre que va de Salvadora y el hijo que hace indistintamente los papeles de Perseguidor de la familia y de Víctima de la droga.

La opción de cambio real sería el Triángulo del ganador, que consiste en:

Asertivo                                                                  Ayudador Empático

Vulnerable y Responsable

El papel de ayudador empático es diferente al de Salvador. El ayudador se preocupa por los demás, pero respeta la capacidad para que los otros, por sí mismos, resuelvan sus problemas. Tienen conciencia de sus necesidades y sentimientos propios, para decidir si dan ayuda o no. Generalmente, anteponen sus necesidades a las de los demás, para evitar sentirse superiores a los otros. Esperan que los demás pidan ayuda y preguntan a la otra persona qué es lo que quieren, nunca suponen o adivinan lo que la persona que pide ayuda necesita. Si deciden decir “No” a la petición de ayuda no se sienten culpables. Si deciden ayudar nunca hacen más de lo que les toca.

El papel Vulnerable y Responsable también es distinto al de Víctima. Acey Choy (1990) describe el rol de persona vulnerable como la antítesis del rol de Víctima, ya que todos los seres humanos nos damos cuenta de que somos vulnerables y podemos tener problemas y sufrir por ellos, pero a diferencia de la Víctima nos hacemos responsables de solucionar nuestros problemas desde una postura adulta.

El papel Asertivo se diferencia del rol de Perseguidor en que este último busca castigar a los demás o cubrir sus necesidades pasando por encima de los otros, por el contrario la persona con autoridad interna (asertiva) invierte su energía para satisfacer sus necesidades  haciendo respetar sus derechos, sin castigar ni perseguir a los otros. Es una persona asertiva que se autoafirma ante los demás sin necesidad de sentirse superior. La negociación es su medio para resolver los conflictos con los demás.

El darse cuenta es fundamental para interrumpir el juego, una vez iniciado, ya sea por el usuario o por el mismo profesional.

¿Has notado algún papel parecido alguna vez en tu familia o tu entorno (amigos, grupo, etc)?

**Lecturas recomendadas:

LOS GUIONES QUE VIVIMOS. C. Steiner. Editorial Kairós, 1992.

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